Pon la mano aquí. Yo no siento nada. Espérate, está por aquí . ¿Y ahora?… No. Deja la mano quietecita.
Obedezco. La mano queda a la espera sobre la redondez de la panza. Parece la paz, pero todo es exaltación. Debería poder decirle que estoy de este lado de la piel, que soy feliz porque crece allá dentro, que le quiero.
Dejo un beso en el ombligo para que viaje hasta ella. Le hablo bajito. Nadie me cree, pero yo sé que me escucha. Vuelvo a poner la mano y aguardo una señal. Acaricio el círculo expandido. Ha crecido mucho en el último mes y medio. Susurro otra vez.
“Te compré una batica muy chula y una jarrita para tomar jugo. Cuando nazcas te voy a llevar conmigo para La Habana. Vamos a pasear por el Malecón para que conozcas ese azul que enamora y…”
Tati, pero tranquilízate o no vas a sentir nada. Regaño merecido, pero…
La mano vuelve a estar inmóvil y pongo cara de…te espero. No siento nada, aunque adivino cierto tropel. De pronto, un tun tun me estremece. Y se arma la algarabía: ¡Ahora sí, ahora sí! ¡Se movió!
Debí haber preguntado quién es para alargar nuestro primer diálogo. Quizás así los “tun tun” se hubiesen hecho infinitos, pero no hizo falta. Yo sé que es ella.
Todavía no es tiempo para que se abra esa puerta. Mejor guardo ese primer estremecimiento, la emoción, la espera y hasta el regaño. Y cuando el toque sea definitivo y por fin llegue, le contaré esta historia. Es para ella.
Es increible esa sensación. Similares sensaciones sentí cuando mi ahijada estaba en la panza de su mamita. Ya hoy, como tu harás pronto, le susurro al oido a mi princesita esas historias.
Ojalá pronto. Yo quiero pronto, ya, pero todavía hay que esperar.
Hola, Nyliam: ¿los «tun tun» se originan en tu interior???…Si es así, pues FELICIDADES….
No, Tony. Los tun tun son en la panza de mi hermana menor. He contado mi primer diálogo con mi nueva sobrina…:)
Pues de todas formas mis FELICITACIONES por tu nueva sobrina…desde ya sé cuanto la adorarás.
«Es una mano de mujer, vara de mago, que espanta búhos y sierpes, y ojos de Midas, que trueca todo en oro»
José Martí
Martí, nuestro sabio y el más cubano de los conjuros. Gracias por mirar estos Ojos.
Sigue acariciando esa barriguita con el roce tierno de tu mano y la dulzura de tu voz. Seguro que así la niña se parecerá un poco a su tía y estará loca por conocerla frente a frente, piel a piel, hermosura a hermosura…
Que herede lo mejor y que me quiera, con eso estaría bien 🙂
es fascinante, los sobrinos alegran el mundo…. yo tengo CINCO, los adoro
Yo también lo creo…Cuento los días. Gracias, Mariposa, por revolotear por aquí.
Soy madre, pero también soy tía y te confieso que las sensaciones, los estremecimientos, las emociones se multiplican en cada leve roce por ese capullo que los protege…Mi bebé y yo entablábamos conversaciones prolongadas, desde mi interior…ya hace SEIS años la tengo frente a mí y hablamos con la misma ternura de esas primeras palabras.
Adoré tu sensibilidad y la forma en que nosotros también estamos contigo.
Bonito diálogo, tengo una sobrina y mi hermana está esperando otro. Con esas caricias sabrá ya que se le espera con mucho amor y cariño y desde dentro le hace bien.
soy tía política entonces!!!
Para octubre ya eres una tía política consumada, a ver si al bebé no le comes el chocolate jajaja. Besos
No, N, ¿cómo vas a creer eso? Mar no le va a comer el chocolate al bebé, al contrario: va a compartir con él su Nutella! 😉
Ley, es que mi Mar me tiene engañada con el chocolate, la Nutella, el peter, la sangría y eso que soy la mayor.. jajjajaja
Nina, no había leído este. Y sabes que mis tun tun fueron primero que ser tía, pero te aseguro que es una alegría inmensa también. Es distinto, pero muy lindo.
[…] que era un puntico minúsculo en la barriga de su madre ya sabíamos que cambiaría el mundo. Creció, creció y nació, y la vida comenzó a girar en […]