Osadía

Mi beso quisiera correr tras tu mano,
velar su fiebre,
ahuyentar catarros, tristezas,
angustias
todas sus penas
Recordarle cuánto lo estremece
abrazarla con toda la ternura
regalarle un cofre inmenso lleno de caricias
hacerle cosquillas y payasadas si no queda otro recurso
para que inunde
sienes y frontales
con su risa…

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Pacto de sangre

El beso insiste con sus guiños tiernos, pícaros, derretidores… La mano sonríe, pestañea, se sonroja, quizás sueñe con ese beso mimoso. No sé.

Tengo que confesar que a veces me gustaría ser la dueña de esa mano, la inspiradora de ese beso hacedor de leyenda.

• Hoy mi beso me enseñó un amuleto que lo protege: es una foto de tu mano.
• Mi beso fue multado por la policía por manifestarse ebrio en la vía
  pública a altas horas de la noche, dando alaridos por el amor que
  siente por una mano que, según se comenta, es la tuya.
• Ahora sí creo que mi beso se ha vuelto loco. Nunca lo he conocido por religioso, pero me dijo que iba al Rincón para algo de una promesa relacionada con tu mano.
• Mi beso me contó que fue a la playa con tu mano. Que ella tragó mucha
  agua de mar y él se vio «obligado» a darle respiración boca a boca.
• Mi beso escribió un juramento e hizo un pacto de sangre con tu mano. La querrá por siempre.

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Reto a duelo

1 825 días…250 años

Todo por la atención de la mano parece ser la consigna del beso.  Sus mensajes siguen haciendo leyenda.

• En tu mano mi beso tiene su refugio, allí busca él su Santo Grial.

• Mi beso le escribió una carta de amor a tu mano.

• Hoy mi beso acudió a un duelo (a pistola y espada) para defender el honor de tu mano. Él no sabe si habría contrincante, pero dijo que pondría un cartel que dice: RETO A DUELO A MUERTE AL QUE OSE SÓLO IMAGINARSE MANCILLAR EL HONOR DE LA MANO QUE AMO. Parece que ese beso está enamorado.

• Mi beso escaló el Everest. En su cima colocó una foto de tu mano.

• Mi beso tiene ahora buen semblante y sonríe. Ya no llora. Parece que estuvo cerca de tu mano.

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Entre la timidez y el suspiro

Se cruzaron por azar. Hablaron largo de temas diversos.  Después del primer salto al vacío, del susto por el riesgo,  llegó el sonrojo. Luego nació la leyenda.  Un beso tímido se enamoró de una delicada  mano.

El beso crece. Es tozudo. Persigue a la mano e intenta derretirla con sus ocurrencias. No se cansa. A veces, sigiloso y sorpresivo, se estampa en ella. Dicen que delira.

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