Este domingo hizo 12 meses que los azules ojos de Olivia se abrieron al mundo. La familia celebró haber vencido este complejo período y los amigos acompañamos el acontecimiento. Entonces, las felicitaciones no fueron solo para la nena, sino para su mami, su abuela y todos lo que estuvieron durante su primer año de vida. Un esfuerzo descomunal, pero divino.
Fue lindo ver a Olivia a gusto en una jornada pensada para ella, sin globos, ni payasos, rodeada de un cariño inconmensurable. Estuvo feliz de brazo en brazo, mostrando sus ocho dientes, luciendo su bata nueva que combina con su mirada cielo brillante.
Cuando llegó hasta donde la esperábamos para cantarle las felicidades me extendió sus manitas. Y entonces esta tía derretida estalló de gozo. Fue un instante. Pensé en el modo en que fue creciendo en la panza de su madre, en cómo dormía sobre una almohada recién nacida, en lo mucho que disfruta la música, en el primer pedazo de manzana que saboreó frente a mí, pero especialmente, en las carcajadas que me limpiaron el alma hace unos días, cuando vino a visitarme por primera vez.
El tiempo tiene prisa. Olivia me ha salvado muchas veces desde que hace 12 meses abriera sus azules ojos al mundo. Así será siempre. Luego jugará con Sofía.
nada nutre más que una mirada limpia y serena, azul como el cielo…. y tu la mereces
Me parece que tu y yo estuvimos por la misma fecha en la R.P. China, yo estaba mas al sur en la ciudad de Shenzhen al ladito de Hong kong. En Beijing en la fecha de foto así un frío que pa´ que te cuento, tú lo debiste sentir en carne propia mejor que yo.