Lleno de marcas, enyesado con papel precinta y sin el plástico que cubre el motor, todavía nos refresca. El ventilador ruso Órbita nos salva en estos días de intenso calor. Se lo ganó mi padre por ser trabajador vanguardia hace poco más de 20 años y este fin de semana hizo nuevamente el trayecto: San Cristóbal –La Habana.
Ocupó sitio en la mesita de noche vacía. Por alguna razón inexplicable, aquí no brinca, o sea, no hay que amarrarlo a nada para que se quede quieto y sople. No deja de dar vueltas un segundo y casi ni se nota las infinitas veces que se ha caído. Me acompañó durante los cinco años becada y en esa época sufrió no pocos accidentes. Otra vez bajo el mismo techo provoca nostalgias.
Todavía tiene las marcas de colores que le hice en primer año de la carrera. Esos redondeles azul y rojo en pleno movimiento de la paleta me parecían hermosos vistos desde la litera. Ahora también, pero se han desdibujado un poco.
Si pudiera, este objeto que recuerda una época del osito Misha en esta tierra, contaría la historia familiar. Parecida a tantas otras y a la vez única, quizás serviría para sopesar lo vivido en las dos últimas décadas. Lo mejor es que no se cansa de acompañarnos y… menos mal.
Refrescar al trío feliz, aunque sea con vapores disfrazados, es su nueva misión en estas vacaciones improvisadas. Cada nueva vuelta se me antoja una certeza. Por sobradas razones y, a pesar de su aspecto, el ventilador Órbita se ha convertido en una reliquia.
Un nuevo verano: otro ciclo de su aire añejo y vital.
Me hicistes recordar y tomare esa foto para mostrarla a mis companeros de trabajo,ellos no me creen que me ventilaba con un artefacto hecho de un motor de lavadora y otro similar al tuyo,que se suponen eran para descongelar los refrigeradores sovieticos,tampoco, que despues de un curso de trabajo en el que fui elejido el mejor,me dieron como premio el drecho a comprar un reloj despertador..Ojala esos tiempos nunca regresen a mi querida isla y ustedes no tengan que pasar lo que mi generacion paso
Cada quien carga sus historias, sin embargo, no se puede negar muchas de las nuestras confirman las más profundas esencias de lo real-maravillo en esta tierra.
Mi Órbita funciona y es muy útil, por cierto. Quiero ver si mi mamá me deja quedármelo hasta que termine el verano.
Eso de la historia del Horbita te quedo perfecto. asi mismo es.
LGP
Viendolo como UD,desde el punto de vista literario,su optimismo y estoicismo, no dejo de reconocer que el Orbita le resulte util,en su lado practico e inspiracional, para algun proyecto novelistico sobre lo real maravilloso de nuestra America.Si fuera su mama se lo regalaba con tal de que lo alejara de mi vista
Artefactos tales como los ventiladores Orbita, las lavadoras Aurica, los televisores Krim….y tantos otros, además de su valor de uso, también poseen para la generación que vivió en Cuba antes y después del 59 un valor simbólico.
Para mí, representan los sueños por los que trabajé honestamente toda mi vida, sin espera otra recompensa que la de ver a mi país prosperar en todos los sentidos. Creí en el hombre nuevo, en los campos produciendo lo necesario para mantener los mercados repletos, mediante grandes empresas sgropecuarias, dotadas de los medios más modernos y eficientes , en las modernas carreteras y líneas férreas por donde debían circular modernos medios de transporte, en las ciudades de las que se debían erradicar los barrios insalubres, en los hospitales pulcros y bien atendidos, en el ejemplo que debía representar Cuba para el mundo, en el avance del poderoso y monolítico Campo Socialista, con la Unión Soviética a la cabeza….
Hay que reconocer los resultados en la formación de magníficos médicos y personal de la salud en general, que brindan una encomiable atención humana y profesional, muchas veces careciendo de los medios idóneos para ello. También hay que reconocer la escolarización de prácticamente el 100% de la población, la atención a las embarazadas, y muchos otros aspectos.
Pero la base económica, de la que dependen todos estos logros, se ha quedado muy lejos de nuestras espectativas.
Sin economía, es difícil poder hablar de todo lo demás.
Creo que el factor económico fue también el que desencadenó en gran medida la desaparición de la URSS y el Campo socialista.
Está demostrado hasta la saciedad que con la voluntad no basta, que hay que materializar lo deseado.
Por ello, creo que en estos momentos toda la energía e inteligencia de nuestros dirigentes, desde el más humilde hasta el más poderoso, debería estar centrada en cómo subsanar los errores cometidos, más que en otros asuntos de interés global, que pueden ser importantes, pero que no van a ser resueltas por un País pobre y subdesarrollado como el nuestro, y en cuyo desenlace creo que poco se pueda influír, dados los poderosos interese que en ellos están involucrados.
Todos los asuntos son importantes, a fin de cuentas, Cuba es parte del globo y algunos científicos avalan el «efecto mariposa». Tenemos mucho que hacer y la alerta es muy oportuna.
El Órbita sobrevive, porque es de otra época. Ahora los bienes de consumo están pensados para ser cambiados una vez al año … una locura.
!Bravo Nyliam! Conserva ese ventilador, tu familia lo salvó de esa «bárbara purga» de que fue objeto fruto de la «inquisición energética» de hace unos años, nosotros, pobres ingratos, con euforia los tiramos arriba de un camión como un trasto viejo y molesto. Pero poco duró nuestra alegría, los entonces flamantes ventiladores modernos no aguantaron el «tren de pelea» hoy casi todos han tenido que ser renovados y los que sobreviven lo hacen con mas penas que glorias. Ahora !como extrañamos nuestros órbitas! su ruido casi único, su fidelidad en campismos, movilizaciones, etc, solo pedía un par de cables con corriente, él se acomodaba donde quiera, hasta colgado trabajaba. !!!mas 20 años!!!! se ha ganado un merecido puesto en tu familia, se que lo conservarán aún cuando le llegue su retiro y toda una generación de cubanos se lo agradeceremos, aunque algunos habrá que los odie, no los critico, yo mismo no supe defenderlos a la hora del inquisición, mas bien actué como torquemada.
eres de ese grupito de periodistas que me gusta, tus artículos servirán en algún momento para conocer lo que ha pasado en nuestra Cuba; las historias de los de a pie nadie las ha podido o ha sabido escribir como lo haces, sin más aquí o más allá.
creo que deberíamos buscar un sitio para contar nuestras historias de tanto trabajo y sacrificio para llegar a ser los profesionales que somos, de forma natural, sin culpar a nadie por nada, sin rencores, como lo hacemos de cuando en vez cuando logramos vernos, solo para rememorar; en definitiva
tamien tengo algunas historias de órbitas, motor de secadora y radios VEF