Nadie en la cocina, tampoco en el cuarto o en el baño, ni debajo de la cama… ¿Tal vez dentro del closet?… No.
Lo peor del silencio es que se llena de voces lejanas, extraños ruidos, pero sobre todo, de añoranzas.
La llave gira. Después de la reja y la puerta… el vacío, la ausencia.
Pikusio sonríe, extiende sus brazos, pero no dice nada. La boca dibuja su beso tatuado, queda inconcluso, más bien como una mueca. No oye «su» respiración. El sonajero de mariposas ha quedado mudo, sillón inmóvil. El ventilador ruso escandaliza sin perturbar la afonía.
El susto, la maldita cucaracha, el pedaleo a golpe de «Piratas», la necesidad de más cansancio, el calor, la lucha contra el sueño, la lámpara encendida, la madrugada, las pesadillas…
¿Por qué los tenis no están en el medio de la sala?
Nadie contesta.
A veces el silencio nos hace trampas y refleja momentos tristes. Mi consejo, cierra la puerta pero deja abierto el corazon, seguro que pronto alguien llena el espacio. Mientras tanto, con estas lineas te doy un motivo para que en la noche no te sientas aburrida y puedas vencer la oscuridad.
Gracias… los «mostruos» están en la oscuridad, me asustan. Me quedo con tu consejo.
Saludos,..me encantan todos los trabajos que haces,eres sagaz,informativa y muy precisa,…en una palabra ,eres sencillamente genial,…
Me gusto mucho gracias
Me alegro. Gracias x dejar su huella.