Oh, oh…hay competencia. Ojalá tenga suerte con “la botella”, porque no puedo con este cansancio. Caminaría, pero ya está demasiado oscuro. Esperaré dos o tres semáforos. ¡Al fin se fueron esas muchachas! Necesito que alguien me diga que sí, quiero llegar yaaa…
La roja indica que los autos tendrán que parar y otra vez el ritual de siempre: ¿Sería tan amable, usted llega hasta Zapata?
El taxi amarillo, de esos que cobran en la moneda fuerte, se detiene. Estoy sola en la esquina y quizás con cara suplicante. No le pregunto, porque es el tipo de auto que no clasifica para un aventón gratis, así que cruzo los dedos para que otro llegue rápido. Pero aquel señor se compadeció y… milagro: ¿Para dónde vas?, dijo.
Monté, di las gracias. Para que no llores, comentó. Supe que era evidente.
Para ser mi primera vez en un cinco cinco, como se le conocen aquí a esos taxis, no está mal, pensé. Luego, cuando el chofer de más de 50 años supo mi profesión, sugirió que debía contar la historia en un ¨un artículo¨ , a fin de cuentas, hizo una excepción en su rutina . Y fue gratis el favor de adelantarme, de acortarme la distancia hasta la “casa”, el baño, el abrazo en el sofá, la vigilia ante el silencio telefónico, las pesadillas…
Prometió comprar el periódico al día siguiente para buscar mi nombre y contarle a sus compañeros. Yo no prometí escribir sobre su taxi amarillo, pero sin remedio. Él y su cinco cinco salvador son los protagonista de estos OJOS.
Nyliam, por mas que me esfuerzo no logro saber con exactitud tu direccion, aqui dejas al calor de tu interesante cronica otra pista…
…Pobre chofer,quizas agote la edicion comprando periodicos sin encontar tu trabajo!.. sabe el que tienes un blog?
Como le haras llegar el eterno agradecimiento?
-Demasiadas preguntas para un posible silencio!
Que tengas otro dia lindo!
Bueno, el chofer iba solo a buscar mi nombre y al día siguiente tenía una nota en la portada de JR. Si me lo encuentro otra vez, le cuento que finalmente fue la inspiración de un texto. El agradecimiento quedó en cada línea, aunque él no lo sepa nunca.
El día va siendo agitado. Gracias por los buenos deseos.
¿Y si en ese trayecto, algún inspector hubiera parado al taxista, y se hubiera percatado de que el taxímetro estaba desconectado?
En verdad, el hombre merece un buen reconocimiento.
!Horror!, menos mal que no pasó. Sí, lo merece, por eso escribí el post, ese día estaba muyyy cansada.
Gracias por contestar, creo que hoy nos quedamos solos en tu blog..claro es el ultimo laboral de la semana y ya sabes la gente agitada!
Admiro mucho al JR y los trabajos de don Pepe y los tuyos, ..claro el resto de tus colegas tambien tienen meritos.
Aqui van siendo las 11pm por alla las 5pm, trata de no salir tarde para que la noche no te cubra antes de acercarte a zapata.
Have you a nice weekend!
Ves… aún existe bondad en las calles de La Habana, cada día escasean más estas historias de taxis, pero aún aparece alguna que sirve de inspiración para algún post, o quizás, quien sabe, «un artículo»….
A mí me pasó una vez. Habrá sido el micmo chofer??