Pareciera que en el nuevo mundo todo ocurre después del chirrear del hierro o el crujir de la madera desgastada. La gente viene y va, pero no a su antojo, porque antes tienen que sortear las rejas, las puertas, los mil y un inventos con los que se creen a salvo. Cada quien usa sus cerrojos para resguardar recuerdos y miserias. El premio a tanto celo es la tierra prometida o, al menos, un lugar donde soñar con ella.
Solo escucho las voces de los vecinos del solar y las ruidosas puertas del barrio. Todas se parecen a esta que me separa del bullicio. Todas parecen abrir y cerrarse una y otra vez como para torturarme con el vacío, con el silencio amurallado, con ese sonido que anuncia llegadas o partidas, pero en cualquier caso, a otro ser humano.
Y se escucha algo y yo creo que es mi reja, mi puerta, pero no. Aún no me acostumbro. Ya no son las latas de Pablo, la voz ronca de Dulce o el andar sigiloso de Elba; ya no son los pasos atravesando un largo pasillo los que adelantan abrazos, tal vez , un beso urgente. Ahora todas las expectativas se concentran en escuchar, incluso en medio de un sueño leve, el roce de los metales, la llave penetrando, la llave saliendo airosa, el portazo…
A veces el día solo se traduce a un par de líneas en una página en blanco y a la ansiedad expectante. Hay un antes y un después de ese sonido anunciador, inefable, nada especial, cuando se parece a tantos, cuando se confunde para hacer más tormentoso el tránsito de la sonrisa segura por un supuesto triunfo premonitorio, a la mueca desilusionada. Esta vez tampoco. Parecía. Debía ser. Según el cálculo ya falta poco…Otra vez me equivoqué.
Es tarde. Tiene que ser muy tarde cuando parece que Centro Habana duerme. No se escucha ni una sola bisagra ruinosa. Nadie entra, nadie sale. El solar se ha transformado en un agujero fantasma. Mi reja protectora sigue inmóvil, muda y aún así necesito aprender a adivinarla. Quiero estar a su lado para cuando salga del trance, quiero estar ahí para cuando , por fin, anuncie abrazos nuevos.
bisagras ruidas me gusta, una vez estuve en la Habana, en el centro y me enamore de su silencio y de los ojos hermosos que te encuentras en las calles
La Habana tiene sus misterios. Abunda la belleza en los sitios más insospechados, incluso donde pocos la encuentran.
Es, amiga Nilyan, lo de la rejas y cerrojos pues como dice Serrat «como ladrón que acecha detrâs de una puerta, nos tienen tan a su merced como a hojas muertas» hay que protejer lo poco que uno tiene y que puede perder. Aunque, por tu manera algo en solitario de escribir, creo que lo que tu necesitas casi que urgentemente,es que te haga sentir lo que dice aquella bella melodía cantada por Jose Jose, en una palabra; que te haga mecer en el aire y volar en caballo blanco el mundo. Los ruidos que produce el amor siempre son bienvenidos. Los de las visagras y cerrojos con aceite uno los elimina. El que no se puede dejar oxidar es el corazón. Un abrazo: Modesto Reyes Canto.
Aclaración para evitar mal entendidos: Cuando escribí «que te haga» lo correcto era poner «que alguien te haga». Estoy felizmente casado hace 32 años y tu puedes ser mi hija.Un abrazo: Modesto Reyes Canto.
Jajaja, Modesto, un placer de verdad que sea fiel a estos Ojos y que deje sus comentarios. De este lado, siempre es motivo de alegría descubrir que estas miradas son leídas. Tiene que contar cuál es el secreto de más de tres décadas de feliz casamiento… ;). Otro abrazo.
Hola, Nyliam: otra vez me deleito con tus letras.!!Las puertas!!, esas fronteras entre el silencio y el bullicio… !!!cuantas no quisieramos derribar!!!, pero lamentablemente, siguen y seguirán ahí…Un beso para tí…y no te pierdas por tanto tiempo!!!
Siempre habrá puertas, pero hay que lograr que no nos impidan el paso para alcanzar los sueños. A veces, me demoro en llegar, pero juro que todo ocurre en contra mi voluntad. No dejes de esperarme, porque siempre llegaré a los Ojos con alguna historia.Por suerte, tengo mucho que decir. Gracias.
Veo que ya vas tejiendo la mitología de ese nuevo espacio donde habitas. Centro Habana es un municipio paradigma de lo «real maravilloso», donde se mezclan la sensualidad desbordante, hedores de todo tipo, las milagrosas estáticas de su arquitectura y todo el carnaval de ruidos, entre los que se incluyen los de tantas rejas. Rejas de materiales, sonidos y estéticas diversos… Creo que Centro Habana es una buena ubicación para pensar en esas otras rejas del alma, muchas veces automipuestas a nuestros propios sueños. Estoy ansioso por ver cómo traduces en las maravillosas letras de tus ojos toda la inspiración que te brotará en ese pintoresco municipio, paraíso para los jefes de sector que amen su trabajo.
Las rejas del alma son las más complejas, pero esas también tienen sus cerrojos. Gracias,por confiar en que puedo traducir en esta mirada lo «real maravilloso». Por cierto, todavía no sé quién es el jefe de sector que atiende la zona…jajaja, tengo que averiguar 😉
Sabes, rejas hay en todas partes, pero nunca las había sentido tan enigmaticas y necesarias,, eres inconcebible,,, ah tus «REJAS» son el paso anterior para llegar a las «PUERTAS» de Liuba.
Ojalá tengas razón, Guille.Un abrazo
[…] pero sobre todo se le mojan los zapatos. Maldice sin que nadie la escuche. Abre. Sube. Ahora queda la reja, el pasillo, la puerta…Por fin entra, suelta la cartera en el […]
[…] que más me gusta. La sandunguera se va por encima del nivel, no puedo contenerme, voy bailando de la reja a la puerta y me dan ganas de saltarles al cuello, pero para agradecerles la buena […]
Como alguien tan sensible nos niega la magia de sus palabras
viviendo en una ciudad tan maravillosa en el mayor crisol de la cultura caribeña tanta musica arte cultura y desafios para nuestras rejas candados puertas
Solo nuestro intimo escapa a ellos y es eterna/espacialmemte libre sin fronteras con los zafiros como bizet con carmen mas habanera e hija de centro hsbana
caminamte has camino que se hace camino al andar
desde mi aragon africano con esta mano franca con un ramillete de myosotis para tan bella malaika y un beijo para Isabela
~ om shanti om ~
Continuamos a tu espera
en la cancion de orfeo/pata pata
sera ojos
sera mirada
sera… Esa inacabada sinfonia de tus ojos.