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Archive for the ‘Historias mínimas’ Category

La luna vista desde África Foto: Pepe Cámara

La luna vista desde África Foto: Pepe Cámara

Siempre ha estado ahí: ciclos invariables, claro-oscuros, cráteres. La misma luna de siempre. La que maravilla a los pequeños, la bruja de todas estrellas, la que se impone con encajes luminosos en las noches claras, la que se esconde coqueta tras de la nubes…

Pero, ¿qué pasa cuando la luna de siempre deja de ser ella y se transforma en “nuestra”, cuando levantar la mirada no es un acto reflejo, sino un impulso, un pretexto que nos acerca? (más…)

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pensando algo lindo

Habito un pensamiento feliz

Estamos a punto de salir a trabajar. Siempre con prisas.

Cámara en mano, el artista intenta controlar el tiempo, busca la luz en las almas ajenas. Siento las ráfagas de su cámara todo el tiempo. No la suelta. Prueba los ángulos, descubre colores.

Pide agua y, allí, en la cocina, me provoca. Soy una mujer de palabras, así que, si me dicen “piensa en algo lindo” allá voy a escribir un párrafo o varios. Vuelo, me salen palabras, muchas palabras.

Lo intento, pero él me interrumpe, sin dejar de mirar por el visor, sin dejar de hacer click para congelar el maremágnum de emociones. (más…)

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Todos pegados al TV. Foto de Roberto Ruiz tomada en Saraos Bar

Con algunas variaciones,todos pegados a la TV. Foto de Roberto Ruiz tomada en Saraos Bar

Cuando el súper clásico del fútbol ocurre en un sábado de trabajo en el periódico una se permite ciertas libertades. Asumo que “ver” el partido trajinando clasifica más como sacrilegio, pero…

Obvio: lo ideal habría sido rodeada de los amigos, cerveza en mano o de ese modo tan nuestro. A mal tiempo y jornada laboral doble tocó adentrarse en los primeros minutos del partido trapeador en mano, dando brillos aquí y allá. (más…)

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Es tiempo...

Es tiempo…

“Pero dos años es demasiado tiempo… lo sabes, ¿verdad?”

DN

Camino con prisa. La avenida está iluminada, pero en Centro Habana nunca se sabe. Me aferro a la cartera como si, llegado el momento, pudiera sacar de ella algo para defenderme. Mentira. Rezo en silencio: Dios te salve María, llena eres de gracia… Mi pulgar busca la alianza de compromiso de mi abuela. Solo faltan unas cuadras. (más…)

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Después...la paz

Después…la paz

Siempre le dice que no. Es como si tuvieras la respuesta cosida a los labios. Después puede ser tal vez y hasta sí, pero primero: No. A veces expone argumentos protectores, circunstanciales o pragmáticos.  La negociación puede ser larga y no importa cuando tiempo tarde. (más…)

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desde el aviónCuando el avión rueda sobre tierra firme, los pasajeros aplauden como muestra de agradecimiento a los pilotos que los mantuvieron a salvo. Un gesto intuitivo: zafar el cinturón.

Como si después todo fuera más rápido. Como si despojarse de las cintas que te ataron durante muchas horas al asiento hiciera posible que Inmigración fuera ágil, las maletas salieran primero, pasaras ileso la aduana –a fin de cuentas no tienes nada que declarar-y ya estuvieras a un paso de la puerta de salida… a unos segundos de ese abrazo.

Antes del cristal se intuye el bullicio. La ansiedad de quienes esperan a los suyos casi puede tocarse. Después de la puerta, a la espera, sin poder pasar, hombres y mujeres en puntillas, con las manos extendidas. Ojos que buscan, nombres de desconocidos en carteles improvisados.Expectación. (más…)

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Cuentas claras...

Cuentas claras…

Era tarde. A ella se le cerraban los ojos. Tenía la comida caliente y solo faltaba freír un plátano cuando la reja lo anunciara. Lo llamó. Ya estaba en camino. No comería, pero adoraba sentarse a la mesa, subir los pies en su silla, mirarlo disfrutar su cena y conversar largo, sin importar la hora.

Tendría que contarle el susto. Habría que revisar bien la casa, tomar medidas.

Cuando lo escuchó, salió a su encuentro. Las manos al cuello, el beso urgente… En menos de un segundo, él ya la sostenía en sus brazos. Refunfuñó, como siempre, sin poder disimular el gusto por sostener sus huesos: “Bájate, malcriada”. (más…)

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Tiene que estar amaneciendo y ellos ya están despiertos. ¿Por qué gritan? No es posible. Necesito dormir.

¡Gordo, bájame un cigarro! ¡Adrián, búscale la pelota al niño! ¡Jonathan, no jodas más!!!

Los escucho como si estuvieran dentro de la habitación, pero se supone que viven en el edificio de al lado. Listo. Me convencieron. Alargo la mano miro la hora, 8.00 am y llevan más de una hora escandalizando.

Quería dormir cinco minutos más. ¿Qué ha pasado hoy? A veces, muy pocas, lo sé, se quedan calladitos. Hago pucheros, pero el sueño no va a volver. Salgo de la cama y solo pienso en café con leche.

Creo que ahora que ya me levanté mis vecinos se fueron a la cama.

Tengo ganas de… (más…)

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Foto: Roly´s Bakery

Foto: Roly´s Bakery

¿Pero si todavía no he comenzado por qué tú lloras?

El doctor no podía entender aquellas lágrimas silenciosas. Ella, vestida de azul, ni siquiera valoró la posibilidad de responderle. No hubiese entendido y solo quería salir de allí.

Lloraba aferrada a una foto de su abuela oculta en el pecho, a la mano que sostenía la suya y que apretaba tanto como le daban sus fuerzas. No se movía, parecía ausente, solo se derramaba entre el dolor y un miedo atroz.

No llores más, muchacha… Ya terminé.

Cuando el doctor le dijo que se había portado muy bien, no lo escuchaba. Solo quería salir de allí. Afuera él, con el pulóver naranja, la esperaba. Caminó hasta su abrazo en busca de alivio. Él la sostuvo por la cintura, secó sus lágrimas a besos, pero no fue suficiente. Por primera y única vez sus labios no fueron el bálsamo necesario. Recostada a su hombro salieron a la calle. (más…)

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Para Ta Clemente, ese viejo que no conozco

Lo que dura un tabaco encendido

Lo que dura un tabaco encendido

Habla en un idioma medio raro, se empina una botella de ron como si fuera agua, fuma un tabaco con el gusto de otras épocas. Me mira y no sé lo que ve. Habla. Lo escucho. Me dice que tengo que escribir, que cuente esa historia, esa que tengo en la cabeza. Tengo que dedicarle ese otro libro.

Dice que yo no lo conozco. Es cierto. Pero solo me va a decir una cosa, aunque dice más. Me pregunto de dónde ha venido, por qué me habla a mí. Son sílabas que no se juntan, palabras que no llegan a ser. Me quedo quieta. ¿Dónde estoy? (más…)

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